martes, 7 de noviembre de 2017

Han matado a un perro de la rehala!

La caza, y mas la caza mayor, tiene la etiqueta de "deporte de riesgo".  La realidad es que suceden pocos accidentes y menos aun con consecuencias graves o fatales.  De hecho, la prueba está en los costes de los seguros de caza que son realmente baratos si los comparamos con los seguros de hogar o de coche.  Nadie mejor que las aseguradoras para cobrar por el riesgo...

Un accidente que podemos calificar de grave pero menor y poco frecuente son los accidentes con los perros.  Los accidentes con perros pueden ser por el perro o perros atacando al cazador (no he oido jamás el caso) o el perro hiriendo o incluso matando a un perro.
Hace unos años tuve la desgracia de participar en una montería en la que se produjo un accidente grave que resultó en la muerte de un perro de rehala.  Los hechos fueron así:

Un valiente "guerrero" parte de una rehala

La montería siguió su ritual habitual, sorteo incluido, y avisos de seguridad habituales.  En este caso, el capitán recordó la famosa frase:

-  Señores, ya sabéis, lo de siempre: "cuidado con los tiros!!!" Nada de tirar corzos ni tiréis al viso, cuidado con las zonas sucias y los compañeros.

El caso es que la montería transcurrió con normalidad aunque hacia las 13.45 me parerció oír unas voces, no habituales entre los gritos de los perreros.  No le dí mas importancia y hacia las 3 nos recogieron del puesto.  Algo no marchaba bien porque al llegar a la junta se veía alteración ya desde el coche.
Según  me contaba un conocido perrero de la zona, no sin cierta alteración, al ir moviendo la caza y levantando algunas ciervas, uno de los monteros ubicados en una de las traviesas, había disparado tres disparos sucesivos a un grupo de ciervas. El montero no había juzgado bien el tiradero o quizás no miraba donde disparaba ya que no se había percatado que justo en linea a pocos metros tras unas matas un par de perros perseguían de cerca a las ciervas.  El primero de los perros era color canela y seguramente la tercera de las balas, le impacto de pleno resultando en una muerte inmediata.  A los pocos minutos, el perrero alcanzó la zona, sin saber aun del fatal desenlace.  Al ver al perro muerto en el suelo, comenzó la bronca y el griterío que ma pareció oir desde mi lejana postura.

Al parecer el perrero tenia un tremendo enfado, primero por el accidente por pura imprudencia que en lugar de un perro podía haber sido el mismo, pero aún mas si cabe, por la actitud del montero.  En primer lugar porque no era consciente de haber disparado a un perro, ni haberlo "muerto" hasta el punto que al parecer negaba hubiese muerto por su disparo.  Y ya el cabreo "nuclear" se produjo cuando trato de arreglar la situación con unos "eurillos".

Os puedo asegurar que la situación no llegó a las manos por la calma de varios monteros y varios perreros.  Sin duda una de las monterías mas desagradables y desgraciadas que conozco.
Finalmente fue la guardia civil la que puso orden y levantó el atestado.

Como actuar?

Antes de nada, lo mejor es evitar el accidente.  Y eso se consigue con la precaución y con la práctica.  NUNCA DEBEMOS disparar si no vemos el objetivo o no estamos seguros.  Ante la duda, ahorramos la bala.  
Lo primero, avisar a la autoridad competente, en este caso, la Guardia Civil/Seprona y seguir sus instrucciones al pié de la letra.  Sea como afectado, como testigo o como autor.
El seguro de caza que todo cazador está obligado a contratar cubre la responsabilidad civil, y un accidente como este es precisamente lo que cubre la responsabilidad civil.


1 comentario:

  1. Interesante, y ojala NUNCA tengamos que poner en practica los consejos.

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